La Oficina Técnica Floreana, de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, reportó esta semana que finalizó el periodo de anidación de petreles de Galápagos, en la única colonia de la isla, ubicada en Cerro Pajas, con un total de 141 nuevas aves, que se integraron a la dinámica poblacional de la especie.

Eddi Rosero, guardaparque responsable de las actividades de la DPNG en la isla, mencionó que “el 85% de los pichones de esta temporada fueron anillados antes de que volaran de sus nidos”. El anillo de identificación colocado en su pata permitirá a los guardaparques reconocer el ave cuando regresen a anidar en los próximos años.

La Autoridad Ambiental realiza controles de especies invasoras que afectan los sitios de anidación, como las plantas introducidas de mora y guayaba; así como roedores y hormigas que amenazan para favorecer el acceso de las aves a los nidos, así como la seguridad de los pichones hasta que están listos para volar. Aunque la temporada de anidación inicia a finales de enero con la llegada de las primeras parejas y termina en el mes de octubre cuando los últimos pichones dejan el nido, los guardaparques realizan monitoreos de estas áreas durante todo el año, incluyendo los meses de inactividad por parte de los petreles.

Esta es la única ave marina endémica de Galápagos que anida en las partes altas de las islas Santa Cruz, San Cristóbal, Santiago, Floreana e Isabela, sobre los 500 metros de altura. El petrel de Galápagos, también conocido como «patapegada» por sus similares hawaianos, escoge suelos húmedos con vegetación o peñascos, en donde abre nidos para poner un solo huevo cada año, en la misma colonia en la que fueron incubados y criados por sus padres.

Responsive Menu
Add more content here...
Ir al contenido